Luego llegamos a Uribia “Capital indígena de Colombia” es la ciudad de los wayúu, en las calles las mujeres lucían sus hermosas túnicas de variados colores allí tomé esta simpática foto de “bici-taxi”.
Este es el calzado que utilizan y las tiras de encima son tejidas y bordadas a mano.
Los niños son muy cordiales.
Entre los pasajeros había varios que querían hacer compras de modo que partimos hacia Maicao población que ha sido reconocida por su comercio, por ser fronteriza y por tener una de las comunidades árabes más grande del país. Hoy esta ciudad, ubicada a 45 minutos de Riohacha, se sigue sosteniendo con un comercio basado en lencería, juguetería, perfumes y ropa. Es el principal centro de presencia árabe en Colombia con unos 6.000 habitantes. Los árabes, llamados erróneamente ‘turcos’.
Pasamos frente al parque “jepirachi” que es el primero en Colombia para la generación de energía eólica, es experimental y se inauguró en diciembre del 2003.
A un lado de la carretera vemos el tren cargado de carbón que viene del Cerrejón en donde queda la mina de carbón a cielo abierto más grande del mundo, algunas entidades de turismo organizan visitas, pero no estaba en nuestro itinerario.
Casa en el desierto del Carrizal, fijarse en el detalle del cerco vivo que es a base de cactus.
Nuestro destino final y en donde pasaríamos la noche: El Cabo de la Vela. Para llegar se atraviesa el desierto del Carrizal, para los colombianos el paisaje es desértico, para los que hemos vivido en Perú no porque acá si hay zonas sin ninguna vegetación.
Es un camino sin delimitar de modo que el chofer debe conocer la ruta, como era época de lluvias estaba resbaloso y nos tomó más del tiempo normal en llegar (de Riohacha son 3 horas y media), en la ruta al momento de pasar por las diferentes rancherías los niños salían al encuentro a saludarnos y para ellos llevamos galletas y golosinas. Llegamos justo para ver el atardecer de colores reflejado en el mar desde un lugar llamado El Faro.
Es un camino sin delimitar de modo que el chofer debe conocer la ruta, como era época de lluvias estaba resbaloso y nos tomó más del tiempo normal en llegar (de Riohacha son 3 horas y media), en la ruta al momento de pasar por las diferentes rancherías los niños salían al encuentro a saludarnos y para ellos llevamos galletas y golosinas. Llegamos justo para ver el atardecer de colores reflejado en el mar desde un lugar llamado El Faro.
En la ranchería nos distribuyeron hamacas para dormir, compartimos los baños y debíamos cuidar el agua dulce porque no hay y la traen en bidones, nos dormimos inmediatamente por el cansancio del viaje de modo que la falta de luz eléctrica no nos afectó en absoluto.
Al amanecer divisamos el mar de un color muy especial entre azul y verde rodeado de arenas rojizas nos encaminamos a subir el cerro Pilón de Azúcar en cuya cima está la gruta de la Virgen, desde allí la vista es envidiable.
A la orilla del mar vimos unas esferas elaboradas en cemento blanco, nos explicaron que se ubican a la orilla dentro del mar y allí se crían colonias de peces y otros especímenes marinos, facilitándoles la pesca. Nos dimos un baño en este mar de aguas tibias y color esmeralda antes de partir rumbo a Riohacha y de allí a conocer una ranchería.
FUI INVITADA ESPECIAL EN LA RANCHERÍA WAYUU Al llegar tuve una amena charla explicativa acerca de la cultura Wayuu que es estrictamente matrilineal, lo que significa que es el clan de la madre lo que heredan los hijos y es con la familia materna que se crían. La organización social es caracterizada por “clanes”. La mujer wayúu es consultora, ejecutora y transmisora de la cultura. Activas e independientes social y políticamente. Los Wayuu se mantienen fieles a sus valores culturales, viven de la pesca, pastoreo de ganado caprino y las mujeres elaboran tejidos coloridos y de excelente calidad mantas guajiras, mochilas, chinchorros y atarrayas. Tienen sus propias leyes ancestrales, las cuales se basan en el sistema de compensación. Los problemas más graves se solucionan mediante la intervención del Putchipu o Palabrero, hombre de gran sabiduría cuya labor es lograr un acuerdo de compensación para impedir un conflicto entre las partes. El Palabrero es un Patrimonio Cultural de la Nación Colombiana. Es la raza indígena más numerosa en el país.
Luego la Señora matriarca del clan brindó conmigo con “chirrinchi” que es una chicha fermentada. Conocí al resto del clan y visité la ranchería.
Las mujeres elaboran tejidos coloridos y de excelente calidad mantas guajiras, mochilas, chinchorros, atarrayas ... etc.
Estas hamacas las han llevado a vender en Maicao.
Mochilas.
Pulseras.
Trabajos elaborados por las mujeres a mano.
Pulseras.
Trabajos elaborados por las mujeres a mano.
Niños Wayuu
Viven también del ganado caprino.
Los utensilios para cocinar y servir son rústicos
Los utensilios para cocinar y servir son rústicos
Cabaña wayuu
De día está así y de noche se cuelgan las hamacas para dormir.
Me dijo que yo era una invitada especial y que iba a llevar a cabo un ritual. Me pintó la cara con tinte vegetal, aún no sé qué significan los círculos.
Recomiendo este viaje para aventureros que les guste caminar, que no sean muy exigentes en cuanto a comodidades, que les guste la naturaleza, el mar y las culturas que aún conservan todas sus tradiciones ancestrales y viven de acuerdo a ellas.
ResponderEliminarComo te dije me parecen excelentes tus fotos, Gloria te dejo mi blog http://www.danielmurguia.blogspot.com
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